Te propongo un viaje, un viaje que tiene un punto de partida, pero al que no le adivino final. No te hablo de nada etéreo, quiero que sepas que te ofrezco algo empírico y tangible. Tan tangible como tu propio cuerpo. Es ahí donde empieza nuestra travesía.

Abordar el cuerpo desde un nuevo paradigma. Experimentar el cuerpo desde una perspectiva humanista. Respetarlo, cuidarlo, disfrutarlo. “Despertarlo”.

El cuerpo como depositario de los efectos de tu causa y como puerta de acceso al momento presente. El cuerpo para abandonar el sentimiento de separación y experimentar la unidad junto a mente y espíritu. El cuerpo para empezar a sanar.

Poco puedo contarte sobre lo que ocurrirá después; si acaso, anticiparte ya, que el proceso no siempre resultará cómodo. Prometo estar ahí para acompañarte, proporcionarte claridad y regarte con la mentalidad adecuada.

No importa que hayas llegado aquí buscando acabar con ese dolor de espalda, queriendo olvidar la ansiedad para siempre o soñando con desbloquear tu vida. Tampoco importa que sientas que algo falla en ti, que confundas tu alta sensibilidad con debilidad o que consideres imposible reinventarte.

Desde luego, no es lo más relevante que necesites un proceso corporal, que desees un proceso de Coaching, o que prefieras un programa que fusione ambos aspectos. Definitivamente, tampoco lo será que optes por el trabajo individual y personalizado o por el grupal. Ni siquiera que resuenes más con Present o con Juanma, o que hayas llegado aquí a través de su evento, Respiro Azul, o mediante su colaboradora más especial, Natalia.

Lo que verdaderamente importa es que estás aquí y ni tú ni yo creemos en las casualidades. Lo que importa, absolutamente, es que hay una voz que te habla y que tú la has escuchado.